ESCLAVOS de la libertad de prensa

El ataque o del estilete del gobierno

En los últimos días han sucedido hechos que merecen la atención de la neurona: los llamados  “bloqueos” a los diarios, consignados por los medios masivos formadores de ideas como serios ataques a la libertad de prensa y denunciados por muchos políticos en un año electoral.

Se bloquearon las fábricas de donde salen los diarios. Primero en Bueno Aires, en la planta de clarín y nación (y la revista olé) el último domingo de marzo trabajadores de clarín impidieron la salida de los camiones. En Córdoba el domingo 3 de abril  los distribuidores de diarios y revistas bloquearon la planta del diario la Voz del interior y Día a Día.

Estos bloqueos son motivados por conflictos entre empresas privadas y trabajadores y estos últimos son los que llevaron adelante las medidas.

El  grupo clarín está enfrentado a sus propios empleados que reclaman a la patronal que cumplan con medidas judiciales, básica e increíblemente piden se respete el derecho a la LIBERTAD SINDICAL, consagrada obviamente por la Constitución Nacional y que la empresa acate los fallos de los jueces en procesos en curso.

En Córdoba, se enfrentaron  La voz del interior (perteneciente al grupo clarín) con el gremio de los canillitas, quienes reclaman se repartan los diarios más temprano para poder vender más.

Afirman los medios afectados y sus aliados que los gremios, encabezados por el camionero Moyano, cargan contra ellos en estratégica acción política del gobierno nacional.

La defensa o de las apologías constitucionales

Las medidas de fuerza han sido consideradas excesivas desatando un vendaval de protestas y cadenas de oración ante el peligro de cercenamiento de libertades constitucionales.

La gravedad de la situación impuso la condena inmediata, por lo que no tardaron la Sociedad Interamericana de prensa (SIP),  la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (Adira) y la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) en emitir comunicados y condenar la dolosa situación que pone en peligro el acaecer democrático de nuestra nación.

Afortunadamente muchos  políticos corrieron prestos en apoyo demostrando compromiso democrático y lealtad a la constitución, en apoyo de las empresas que ven vulnerados los derechos de todos que consagra la carta magna.

La oposición legislativa presentará el hecho ante la Relatoría de la Libertad de Expresión de la OEA.

Fulgurantes procesos judiciales denotan velocidades dignas de record guinness  y fiscales y magistrados dan cátedra de la defensa ante ataques a la Constitución Nacional.

No se preocupe carismático y solitario lector; sus derechos están a salvo con las medidas de repudio. Hace días que los diarios llenan sus páginas con detalles de las medidas y opiniones en contrario de los bloqueos y esas actitudes patoteriles.

Conclusión o del porque no saltan con el tema esclavos

Cuando “los del campo” combatiendo “la 125” (proyecto de ley impositiva propiciada por el poder ejecutivo para el sector agrario que no logró aprobación en el congreso), cortaron  rutas y bloquearon cadenas de distribución. Se llegó a tirar leche en los “piquetes” ante las cámaras de televisión; el “bloqueo” no era pecado. Ciudades quedaron desabastecidas y los precios de la comida subieron y jamás bajaron por esas medidas. El bloqueo entonces era necesario para defender al pueblo. Había un “bloqueo bueno”.

Cuando encuentran ESCLAVOS trabajando en los campos de tipos ricos haciéndose más ricos no lo condenan los diputados ni los senadores  en las cámaras legislativas; ni los magistrados y fiscales son tan rápidos y eficientes; ni los rectores de universidades repudian y convocan a reflexionar; ni la iglesia en sus múltiples rostros se anima a condenar a infiernos; no hay denuncia a la OEA o la Haya, ni hay expresiones de la SIP, ni de la Adira, menos de la Adepa; no veo gobernadores con el ceño fruncido afirmando lo grave del tema para la democracia.

Parece que los derechos de los trabajadores, aún los presentes en la Constitución Nacional, son de menos rango que los de la libertad de prensa, en rara interpretación que hacen los hombres públicos de los derechos de un pueblo. Vergüenza y asco para ellos y que el peso de la historia imborrable los aplaste como los gusanos que son.

Aún cuando la esclavitud está condenada por todos los modelos de constitución que pasaron por la historia argentina, no la condenan, ni la repudian, ni les da asco o vergüenza, o pena o sentimiento de solidaridad. No sienten nada.

En año electoral un buen candidato necesita que la prensa lo trate bien; aún aquella forjada por cortesía e intercambio de favores con grupos de dictadores, torturadores, genocidas y ladrones; además de noventosos vende patrias, especuladores financieros, estafadores y evasores impositivos traidores al país, apoyando corridas financieras falsas, generando maniobras especulativas que favorecieron su patrimonio; nada importa en un año electoral.

Son unos hipócritas, todos los que participan de esta cuestión. Si fueran un poco más decentes, quizás, les creeríamos.  Pero no lo son; son un poder inmenso, que tiene además de redactores, periodistas y editores, publicistas, diputados, senadores, gobernadores y funcionarios judiciales, tienen gremialistas y policías. Tienen los diarios (y la fábrica de papel para imprimirlos) y los canales de televisión. Tienen abogados y sicarios,  dispuestos a matar.

Si hicieran toda la movida declaratoria y concientizante ante la esclavitud de trabajadores. Si emitieran estos solemnes comunicados de repudio ante el tráfico de personas que alimenta prostíbulos y engorda funcionarios desatentos. Si se plantaran ante la modalidad de secuestro de los más vulnerables, nuestras mujeres y niños. Si fueran un poco menos cobardes y cipayos.

Acerquemos entonces a Zumbi Dos Palmares. Que florezcan los nombres de los esclavistas en correos electrónicos. Que se denuncien fortunas mal habidas. Que se señale sicarios de los esclavistas de la prensa.

El pueblo no olvida ni perdona…. Seguimos atentamente lo que pasa….los miramos ahora mismo.